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Amparo Sánchez, cantante

“Encontré una situación dura como imaginé, pero lo que no imaginé fueron las sonrisas, los cantos, la alegría de vivir”

En julio de este año, la cantante, compositora, música, escritora y productora Amparo Sánchez, quien lideró el grupo Amparanoia- se embarcó en un viaje desde su residencia en Barcelona hasta la ciudad de Goma en la República Democrática del Congo. Ésta es la región de los Grandes Lagos o, lo que es lo mismo, el corazón sangrante de África.

En su ánimo estaba sumergirse en la colorida y caótica región de Kivu Norte para conocer de primera mano uno de los mayores dramas de nuestros tiempos: la violencia sexual sistemática y generalizada contra las mujeres en el contexto de un conflicto armado que se perpetúa desde hace más de 20 años.

El fruto de aquella experiencia -entrañable, perturbadora, vital- se llama Mamá África, una canción que evoca el dolor, pero sobre todo el coraje y la esperanza de las mujeres que Amparo fue encontrando a su paso. Este proyecto forma parte de la campaña “Tecnología Libre de Conflicto”, y todos los beneficios recaudados con los plays y descargas de la canción irán destinados a ayudar a esta causa.

(http://www.tecnologialibredeconflicto.org/amparosanchez/)

 

¿Qué te ha empujado a colaborar con la campaña Tecnología Libre de Conflicto de ALBOAN, colaboración que se ha plasmado en Mamá África?

Las canciones siempre nacen por una necesidad de compartir, de contar algo que se mueve por dentro. Y yo creo que la terrible realidad que viven las mujeres congoleñas necesita ser contada. De ahí nace esta colaboración con ALBOAN y su campaña.

 

¿Y qué te encontraste una vez allá?

Presentía que mi viaje al Congo iba a ser una experiencia inolvidable, pero fue mucho más de lo que jamás imaginé. Había imaginado una realidad dura tal como la encontré, pero lo que no me imaginé fue la actitud tan fuerte, fueron las sonrisas, los cantos, la alegría de vivir de las mujeres

Los encuentros con las mujeres que accedieron a contarme su historia de horror y sufrimiento fueron realmente sobrecogedores. Mujeres moral y físicamente destrozadas, que desconocían el paradero de sus hijos, que no tenían hogar al que volver. Algunas no podían ni sostenerme la mirada, temblorosas, marcadas, pero también fuertes.

 

¿De dónde sacan esa fuerza?

La mujer congoleña es fuerza y alegría. Sorprenden las sonrisas, el afecto, el cariño, cómo te abrazan, cómo te miran, cómo se esfuerzan por comunicarse. Han pasado por tanto dolor, y se han visto tan cerca de dejar de existir que realmente sienten como que están ante una nueva oportunidad. De ahí procede esa fuerza y alegría.

 

Tu vínculo con las mujeres de RD Congo y su situación vino de la mano de Justine Masika, lideresa de la organización Synergie des Femmes pour les Victimes des Violences Sexuelles (SFVS)

Así es. Tuve la oportunidad de conocer a Justine en Donosti en marzo de este año, y desde el primer momento la conexión, la complicidad entre nosotras fue total. Justine es una mujer muy fuerte y que no pierde jamás la sonrisa. No pierde el optimismo y la esperanza dentro de unas circunstancias tan duras. Y además Justine está arropada por un gran equipo, mujeres que ofrecen cariño, atención, asistencia psicológica, asistencia jurídica… a esas otras mujeres que se acercan y que son víctimas de la violencia sexual que asola el país. Yo a Justine y a sus compañeras las veo como supermujeres, inmensas.

En la labor de SFVS una elemento fundamental es la Casa Bulengo un lugar de acogida de esas mujeres.

 

Sí, la Casa Bulengo es una de las mejores cosas que he visto en mi vida dedicada a la mujer. Por supuesto las violaciones les han causado una herida grandísima, pero a mi lo que más me transmitían era la desesperanza ante el futuro, ante lo que está por venir. Pero, al mismo tiempo, mostraban un rayo de esperanza porque se ven rodeadas de mujeres como ellas que han pasado por ahí y están ya en otra fase. En ese sentido la labor de la casa es fundamental a la hora de darle cariño, protección en un primer momento, y ciertas herramientas para avanzar, en una segunda fase.

Un aspecto que me gustó mucho fue la labor de alfabetización que realizan. Como están formando a las jóvenes, y cómo les hacen ver que es necesario tener una educación, porque esa formación les fortalece ante la situación de vulnerabilidad que padecen. Tener estudios hace que se pueda discernir de otra manera.

 

Como resultado de ese viaje, de esa experiencia, nació la canción y el videoclip Mama África

Así es, para escribir MAMA ÁFRICA me he inspirado en todo lo vivido y escuchado allí, quería plasmar la fuerza que ellas me transmitieron y, sobre todo, denunciar el drama que viven como mujeres.

La música me acompañó todo el viaje, allí se escucha música tradicional, pero también reggae y afro-beat. Me llevé ideas para que la letra transmita fuerza y denuncia pero también la rabia y la impotencia. Creo que es una canción internacional, alegre, con mucha fuerza.

 

Amparo Sánchez lleva toda la vida dedicada a la música. Pionera de la fusión de estilos y el mestizaje, ha llegado a editar ocho álbumes con Amparanoia y a girar por toda Europa y Latinoamérica, convirtiéndose en un referente de este movimiento musical. Amparo Sánchez es, sin lugar a dudas, una mujer potente e incansable ligada a la denuncia y a la lucha por los derechos humanos, en especial los de las mujeres.

 

EIAS Mutualia

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