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AÑO NUEVO, AIRES NUEVOS

La nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética obliga a las poblaciones de más de 50.000 habitantes a incluir Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en sus planes de movilidad sostenible, con el objetivo de mejorar la calidad del aire y reducir los niveles de ruido que en estas ciudades.  

Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cada año mueren 25.000 personas a causa a la contaminación ambiental, producida en gran medida por vehículos de motor (se estima el 30% de las emisiones de CO2 proceden del tráfico rodado). En 15 meses, estas ciudades deberán implantar las medidas y adaptaciones necesarias para adecuar la circulación a las normas que marca la nueva ley.  

«Las ZBE son una oportunidad para conseguir una movilidad sin humos, sin ruidos y sin muertes. Debe ir acompañada de una buena oferta de transporte público, un parque móvil menos contaminante y más seguro, la promoción de la bicicleta y espacio para el peatón. Deben existir criterios comunes en todas las ciudades pero a la vez deben adaptarse a sus necesidades” opina Alfonso Gil, teniente alcalde de Bilbao y presidente de la Comisión de Transportes, Movilidad Sostenible y Seguridad Vial de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).  

Por su parte, el manual técnico para la implantación de ZBE, elaborado por la FEMP, utiliza como base el sistema de etiquetaje de vehículos de la DGT y recomienda abarcar “el mayor área posible” con restricciones para los vehículos sin distintivo ambiental, y hacer estas limitaciones aún más severas en cascos antiguos, zonas centrales y entornos sensibles (escuelas, residencias, hospitales…).  

El manual toma como referencia la experiencia real de la ZBE-Rondas de Barcelona, en marcha desde 2020. Unos 100 kilómetros cuadrados con dos millones de habitantes donde está prohibida la circulación a los vehículos sin distintivo medioambiental –los más contaminantes–, desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la tarde. Allí han sido necesarias actuaciones como la instalación de señalización y de cámaras de control, la creación de un sistema sancionador, campañas de información…:  

En Madrid (3.334.000 habitantes), el Ayuntamiento ha aprobado recientemente la normativa del nuevo ‘Distrito Centro’, -el antiguo ‘Madrid Central’-, la zona de bajas emisiones en el centro de la ciudad. Una de las ZBE europeas con mejores resultados, con reducciones del 32% en la polución por dióxido de nitrógeno, según un informe de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente. «Su extensión se irá ampliando progresivamente hasta 2025, cuando toda la ciudad será una gran Zona de Bajas Emisiones. Pretende ser una estrategia global contra la contaminación», explica Borja Carabante, delegado de Medioambiente y Movilidad del consistorio madrileño.  

En Bilbao (350.000 habitantes) vive un ‘tránsito cultural’ en lo que a movilidad se refiere. Toda la ciudad ha adoptado el límite de 30 km/h, la flota de taxis se está electrificando, algo que Ayuntamiento también pretende hacer con los transportistas: «Estamos estudiando cuál será el área urbana a delimitar para la ZBE, desde toda la ciudad hasta la almendra central, donde el aire tiene peor calidad. También estamos estudiando los horarios de más afluencia de circulación. Pero no van a ser necesarias restricciones estrictas», asegura Gil.  

Como conclusión, la ley pretende potenciar la movilidad urbana ecológica con la implantación de Zonas de Bajas Emisiones, antes de 2023, en los 149 municipios españoles con más de 50.000 habitantes -según las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística-, en los que residen más de 25 millones de personas (53% de los habitantes de España). Además, las ciudades de más de 20.000 habitantes también deberán implantar las ZBE en el mismo plazo, si su calidad del aire es deficiente.  

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