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Conducción segura en verano: asegura el éxito de tus vacaciones

Con la llegada del verano, la utilización del vehículo propio para disfrutar de las vacaciones se convierte en una práctica habitual. Es la época del año en la que se multiplican los desplazamientos por carretera y por ende es la temporada en la que se producen más accidentes. Por ello, debemos estar muy pendientes y hacer estos desplazamientos de la forma más placentera y segura posible.  

¿Qué consejos o pautas seguras debemos seguir?  

En todos, pero con más razón en los desplazamientos de larga duración, planificarlos con antelación es de suma importancia.  

Factores como conocer del trazado (uso adecuado del G.P.S.) estado del tráfico, de la climatología y conducir descansados (organizar los descansos), nos proporcionarán un viaje más organizado, cómodo y seguro.  

Muy importante también es mantener la calma y una actitud positiva, y no fijarse horas de llegada. 

Todo respetando las normas, manteniendo las distancias de seguridad y no superando los límites de velocidad.  

Entre los consejos veraniegos relacionados con la conducción destacaremos:  

1. No conducir en las horas más calurosas del día. Los mejores momentos para viajar son las madrugadas, mañanas o al atardecer. La temperatura del vehículo ideal debería estar entre los 20 y 23 grados. Con muchos grados nuestro cuerpo sufre una mayor deshidratación y aparecen signos de fatiga y sueño, condicionantes que nos hacen perder reflejos a la hora de conducir y reaccionar ante cualquier anomalía en la carretera.  

Conducir con exceso de calor dentro del automóvil aumenta hasta el 20% el riesgo de sufrir un accidente. Además, en las horas más calurosas los rayos de sol reducen considerablemente nuestro campo de visión, llegando a ser molestos. En estos casos, lo mejor es intentar evitar las horas de máximo calor.  

2. Hidratarse bien durante el viaje. El verano tiende a incrementar mucho más las pérdidas de líquido en nuestro cuerpo, produciéndose la deshidratación. Como consecuencia se manifiesta un mayor cansancio y confusión, perjudicando seriamente nuestra seguridad al volante. Una solución muy fácil es ingerir muchos líquidos, siendo siempre lo más indicado beber agua aunque no se tenga sed. De esta manera mantendremos nuestro cuerpo hidratado. Además, es recomendable complementarlo con buenos hábitos nutricionales basados en una sana alimentación. 

3. No tomar alcohol ni comidas copiosas. En verano suele ser habitual reunirse para celebrar acontecimientos o festejar todo tipo de eventos, siendo las comidas bastante abundantes pudiendo crear problemas como un aumento de fatiga o sueño. Asimismo, tomar bebidas alcohólicas para acompañar estas comidas también puede perjudicarnos. Siempre que vayamos a coger nuestro automóvil hay que evitar comer mucho y beber alcohol, por poco que sea.  

4. Vestir de forma ligera. Utilizar ropa cómoda y ligera es lo ideal para facilitar lo máximo posible los movimientos en el interior del vehículo. Es recomendable usar siempre calzado adecuado para circular, especialmente en aquellos trayectos de larga duración. Sentirnos cómodos es primordial para ejercer una buena conducción. Atención a conducir con chanclas porque no es nada aconsejable por lo peligroso que es, estando prohibido y es una práctica que puede acarrear sanciones.  

5. Usar gafas de sol homologadas.  Parece obvio decir que para combatir el sol lo mejor es utilizar gafas. Su poder es disminuir el reflejo que provocan los rayos solares, con el consiguiente aumento de la visibilidad, muy necesaria cuando vamos circulando. Proteger los ojos es fundamental, puesto que el 90% de lo que se percibe al volante es a través de la vista. Para ello es importante contar con gafas de sol homologadas, de lo contrario, no tendremos una correcta protección y estaremos poniendo en riesgo nuestra salud visual.  

6. Descansar con paradas periódicas. Si tenemos programado un viaje largo, lo más recomendable es hacer paradas de unos 20 minutos para despejarnos. La DGT aconseja descansar cada 200 km como máximo o cada dos horas. Durante estas pausas, tanto el conductor como el resto de ocupantes pueden bajar del coche. Será un buen momento para hidratarse, reponer fuerzas y refrescarse, así como estirar articulaciones, especialmente en el caso de niños. Recuerda aparcar en lugares con sombra siempre que sea posible para evitar sobrecalentamientos del vehículo.  

7. No utilizar el habitáculo para el equipaje. Cualquier tipo de mochila o maleta que utilicemos como equipaje deberá estar siempre bien colocada en el maletero. Llevar ropa colgada o cualquier otro tipo de objeto entre los asientos puede dificultar la visión al conductor. Asimismo, puede provocar que el viaje para los pasajeros sea menos placentero y más peligroso, al restar espacio en el vehículo. Debemos tener en cuenta que en caso de frenazo brusco o colisión puede salir proyectado hacia los ocupantes.  

8. Puesta a punto de verano. Es muy recomendable acudir a un taller que revise el coche de forma completa. Es fundamental examinar los efectos del invierno en el turismo, hay que comprobar el estado de líquidos y sustituir los elementos que hayan podido deteriorarse como por ejemplo, los limpiaparabrisas o las ruedas.  

Por último y no menos importante, haremos especial mención a las distracciones, el factor de riego que causa mayor número de accidentes y sobre todo al teléfono móvil y aparatos electrónicos, cuyo uso es totalmente incompatible con la conducción.  

Recordad que “Viajar te deja sin palabras y después te convierte en un narrador de historias”. Disfrutemos todos de este verano que se nos acerca. 

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