¿Cómo y dónde surgió Elkar y cuáles son sus principales actividades?
Hubo dos puntos de partida en la creación ELKAR. Por un lado, a finales de la década de 1960 Joseba Jaka comenzó a vender libros casa por casa, y junto con ello empezó a difundir a las ikastolas el material recogido en diferentes sitios. Por otro lado, en 1972, en Baiona, 20 aficionados a la cultura de Iparralde crearon la editorial ELKAR; dos años después el grupo se formó con otras 20 personas de Hego Euskal Herria y poco después abrieron la librería Zabal.
En 1976 se abrió en San Sebastián la librería Bilintx y se fundó la empresa de distribución de libros y discos Zabaltzen entre los hermanos Jaka (Joseba, Goio, Jon) y posteriormente se sumaron Joxemari Sors, Iñaki Sors y Xanti Jaka. A partir de ese momento, con el objetivo de dar visibilidad a la cultura vasca, la editorial se instaló también en San Sebastián y tanto las librerías como la distribución se extendieron a toda Euskal Herria.

En la actualidad nos encontramos con un grupo de empresas organizadas en el seno de la Fundación Elkar, dentro del cual se encuentran la editorial (que acoge los sellos Elkar, Ttarttalo, Txertoa y Sua), el centro de impresión (Leizaran Grafikak), las empresas de distribución (Elkar Bakaneta, ACL, Dispe), las librerías en todos los territorios vascos (18 librerías elkar y online).
La finalidad de la Fundación Elkar de desarrollar su empresa a través de su grupo empresarial es impulsar eficazmente la promoción y el desarrollo del euskera y de la cultura vasca, poniendo la empresa y la economía al servicio del euskera y de la cultura vasca.
¿Cuántas personas forman Elkar y cuáles son sus perfiles profesionales?
En todo el grupo Elkar trabajamos actualmente más de 400 trabajadores, en trabajos de muy distinta índole, desde los trabajos de edición hasta los de librerías, impresiones y almacenes. Asimismo, los departamentos administrativos, informáticos, de marketing y otros que dan servicio a todas estas funciones.
Personas que realizan un trabajo muy diferente, por lo tanto, siempre vinculado a nuestros compromisos con el libro y la cultura vasca, trabajando de forma profesional y comprometida para responder día a día a las necesidades de la empresa y del culto vasco.
En el año 2022 Elkar cumple 50 años y la Diputación Foral de Gipuzkoa le ha reconocido por su labor de promoción y desarrollo del euskera y la cultura vasca durante medio siglo. ¿Qué ha supuesto ese reconocimiento?
La concesión de la Medalla de Oro por parte de la Diputación Foral de Gipuzkoa ha sido una buena y gran noticia para nosotros, ya que la hemos considerado como una compensación al trabajo bien hecho durante años. Elkar lleva más de 50 años comprometida con el culto vasco, trabajando por dar la máxima visibilidad a la cultura vasca, poniendo en marcha diversas iniciativas junto a otros muchos agentes culturales de Euskal Herria, y hemos visto su reconocimiento con el premio.
«OBE DA ALDEZ AURÉTIK GALERAZI GEROZ BAÑO», en 1935, con este lema PAKEA, actualmente Mutualia, publicó el primer calendario de prevención de riesgos laborales en España, tanto en euskera como en castellano. La editorial era Gráficas Laborde y Labayen. ¿Cómo ha evolucionado el consumo de cultura en euskera?
Desde 1935 las cosas han cambiado mucho. El golpe de estado que tuvo lugar en España en 1936, la guerra posterior y los 40 años de franquismo llevaron a la ocultación total de la cultura vasca.

En la década de 1960 se reinicia el movimiento y la militancia a favor del euskera y de la cultura vasca, y es en esa época cuando se inician las relaciones que hoy conocemos. De no haber casi nada en euskera, hubo un florecimiento de la cultura vasca, gracias a la aportación de mucha gente: libros, material para aprender en euskera, teatro, música, tenemos una producción vasca cada vez más abundante en todos los ámbitos de la cultura, aunque no sea todo lo que quisiéramos.
En cuanto al consumo, éste también ha ido creciendo con la producción durante años, pero hoy en día podemos decir que estamos estancados. En estos tiempos de globalización, la cultura que se desarrolla en las principales lenguas está en la mano de todos y todas, lo que repercute plenamente en la accesibilidad y consumo de la cultura hecha en euskera. No es fácil ubicar en la plaza del mundo la producción vasca y darla a conocer. En consecuencia, la continuidad de la cultura vasca no es tan fuerte como se quisiera. Surgen, en goteo, libros, grupos de música o películas de gran éxito, pero, en general, los resultados de los creadores culturales vascos, aunque su calidad sea cada vez mayor, suelen tener menos acogida de la necesaria y merecida.
¿Cuál es el futuro del sector y de Elkar?
El sector del libro vive una época difícil y cambiante.
Por un lado, contamos con nuevos elementos orientados al consumo cultural, especialmente las plataformas audiovisuales, y el tiempo que dedicamos a ellas lo eliminamos sobre todo de lo que hemos dedicado a otro tipo de expresión cultural, por lo que la afición al libro y el tiempo que dedicamos a la lectura ha disminuido.
Por otro lado, tenemos la globalización antes mencionada, en la que las culturas pequeñas, incluso las minoritarias, compiten en un ámbito cada vez más amplio, tienen que hacerse un hueco junto a culturas que producen con muchos más recursos y un tamaño mucho mayor y eso es difícil.
Es decir, la situación no es fácil, y eso nos va a exigir a todos renovar las formas de trabajar, encontrar nuevos caminos para hacer sitio y llegar a la gente, para que la gente conozca y valore lo que tiene que ofrecer la cultura vasca. No será fácil, pero la cultura vasca nunca lo ha tenido fácil y si lo hacemos con la misma energía que hace 50 años creemos que conoceremos tiempos más prósperos. Tenemos que ser optimistas y no resignarnos a nuestro trabajo, el compromiso nos ha traído aquí y eso nos puede llevar a nuevos escenarios.

