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Fútbol Sala

Libera tensiones mientras te mantiene en forma

La modalidad de fútbol sala es una de las más practicadas entre nosotros desde hace mucho tiempo. Es un deporte que lo practican personas de todas las edades y que, últimamente, también tiene mucho predicamento entre las chicas. De hecho, el Bilbo Fútbol Sala femenino juega en estos momentos en la Primera División tras un estupendo ascenso logrado en 2019. Además, en el País Vasco hay bastantes clubes que militan en las diferentes divisiones y categorías, tanto masculinas como femeninas, en un deporte que se juega mucho a nivel amateur ya que las cuadrillas plantean encuentros durante la semana y fines de semana. La práctica de esta especialidad aporta bastantes beneficios al margen del lógico de la diversión. Como hemos citado antes, es un deporte que se puede jugar a cualquier edad y que los más pequeños lo hacen desde los 6 o 7 años. El fomento del trabajo en equipo es una de sus ventajas, al tener que prestar atención a la labor de nuestros-as compañeros-as y tratar de ser un deportista generoso con premio para todo el equipo. El fútbol sala requiere dinamismo, resistencia, velocidad y agilidad, por lo que resulta una modalidad muy completa en todas sus vertientes. Además, quien lo practica mejora su concentración, la toma de decisiones y la iniciativa.

El compañerismo, esa responsabilidad al jugar en equipo y el afán de superación siempre necesario se experimentan con el objetivo de desarrollar la inteligencia emocional, el carácter y para obtener una buena forma física mientras uno se lo pasa muy bien en el campo de fútbol sala, de dimensiones bastante más reducidas que uno de fútbol. La intensidad es mucho mayor ya que el balón está siempre muy cerca y las jugadas, tanto ofensivas como defensivas, se suceden. Es, por tanto, más veloz que otros deportes ya que se juega en ese espacio más pequeño en el que el continuo cambio de

posiciones, las posturas, las carreras y la movilidad hacen de quien lo practica una persona que mejora en sus capacidades físico-mentales. Al ser un deporte que impulsa muy en especial el tren inferior de nuestro cuerpo hace que nuestras piernas adquieran más potencia. El fútbol sala, controlado de la manera correcta y con una preparación estudiada, aporta grandes beneficios a los niños y a las niñas. Especialidades como ésta ayudan a socializar ya que se comparte el tiempo, el esfuerzo, las victorias, y también derrotas, con los-as compañeros de equipo.

Muchas pistas de juego y polideportivos de las diferentes localidades de nuestros territorios se ocupan en los momentos de ocio con numerosos entrenamientos y partidos (ya sean oficiales o amistosos) que sirven para mejorar y mantener la forma física, y además para liberar tensiones siempre que el deporte se entienda como se debe, con el buen comportamiento y deportividad que deben presidir cada partido. El fútbol sala, en el que también se precisa bastante técnica, ayuda mucho a poder pensar de manera rápida y efectiva por su dinamismo y necesidad de crear espacios, regatear y pasar en un terreno de juego de pequeñas dimensiones. En definitiva, esta modalidad, además, mejora la capacidad cardiovascular, desarrolla la potencia muscular de las piernas, oxigena la sangre, estimula la velocidad de reacción, así como la coordinación motora y la visión periférica. También aumenta los niveles de testosterona, ayuda a la potencia de los saltos, socializa y enseña a trabajar en equipo y a respetar al rival. Es una actividad completa y satisfactoria elegida por personas de todas las edades.

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