
Desarrollo de la fuerza máxima
Hablamos en esta ocasión, en la sección dedicada a la Unión de Federaciones Deportivas-Euskal Kirol Federazioen Batausna, de un deporte minoritario pero siempre atractivo como es la halterofilia. Además, es una especialidad en la que los representantes vascos suelen conseguir buenos resultados. Por ejemplo, los obtenidos recientemente en el pabellón central del Consejo Superior de Deportes de Madrid, que acogió el XVI Campeonato España Sub-17 de halterofilia, en el que tomó parte Euskadi entre los casi 100 deportistas de categoría masculina y femenina. Los representantes vascos obtuvieron notables resultados con el oro de Bruno Soto, del Club Urbi, en la categoría de 94 kilos, con un total olímpico de 181 kilos. Por su lado, Jon Kepa Kortajarena, del club Danok Danena, fue bronce en la categoría de 50 kilos, con un total olímpico de 122; y Álvaro Jiménez, del Club Indarra, logró también el bronce en la categoría de 85 kilos, con un total olímpico de 188.
Es reseñable que la halterofilia está dirigida a personas de cualquier edad. En el caso de los niños y niñas no se trabaja con pesos elevados, ya que se centra en aprender la técnica del levantamiento así como en corregir los fallos en las posturas, en mejorar la coordinación motora y en el rendimiento cognitivo. La halterofilia se caracteriza por estimular el reclutamiento de las unidades motoras para el desarrollo de la fuerza máxima. Así, a mayor cantidad de estas unidades, se desarrolla más fuerza. Bastantes deportes usan este tipo de entrenamiento para luego transferir la fuerza máxima en una fuerza explosiva que es específica para cada modalidad. El estrés producido por los ejercicios anaeróbicos permanece en el organismo durante un tiempo, generando modificaciones que afectan a la aerobia y derivando en mejoras en el sistema cardiovascular. La halterofilia es un deporte poli-articular muy dinámico ya que pueden coincidir uno o más músculos en cada acción, distribuyendo el trabajo de una forma integral.
Para poder funcionar de una manera correcta, las células necesitan consumir energía y, al hacerlo, el organismo recurre a los ácidos grasos de reserva. Esto conlleva que los gastos energéticos que siguen a los entrenamientos intensos sean más elevados en comparación a otras formas de ejercicio, contribuyendo así a la perdida de grasa y al aumento de la masa muscular, ya que entran en funcionamiento hormonas como la testosterona. Esta modalidad ayuda también a mejorar la contracción muscular isotónica e isométrica.Los deportes de fuerza generan un estrés en los huesos, aumentando su densidad y previniendo algunas enfermedades, como por ejemplo la osteoporosis. La regeneración ósea deriva en una respuesta en la que se involucran los vasos sanguíneos, y las células. Una de las claves de la halterofilia está relacionada con la pérdida de peso, debido a que el gasto energético aumenta durante los entrenamientos. Además, mientras se está en reposo el organismo sigue quemando calorías.
Algunas personas asocian la halterofilia con un mayor riesgo de padecer una lesión deportiva. Sin embargo, esta creencia es sometida a estudios e investigaciones y los resultados logrados apuntan a lo contrario: los movimientos efectuados en la halterofilia son seguros y las lesiones padecidas en esta práctica son menores que las que se derivan de otras modalidades deportivas donde se usa el trabajo con cargas. El levantamiento de ‘halteras’ conlleva, como hemos citado, el trabajo de una gran cantidad de músculos y un entrenamiento constante que se traduce en un aumento de la masa muscular, y en una disminución de la frecuencia cardíaca en reposo y de la tensión arterial. La práctica habitual de esta modalidad aumenta el grosor de las paredes ventriculares del corazón, lo que posibilita que este músculo tan importante de nuestro cuerpo goce de tonicidad y de salud.

