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La desconexión digital: un derecho clave en la era de la hiperconectividad.  Nueva Guía del INSST 

De todo esto surge una necesidad urgente: garantizar el derecho a la desconexión digital. Este derecho, regulado en España desde 2018, busca proteger a las personas de los efectos negativos de la hiperconectividad, como el estrés, la fatiga informática y la invasión de la vida personal.  

El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), ha elaborado la Guía Básica de Desconexión Digital, donde se ofrece un marco completo para entender y aplicar este derecho en las empresas y organizaciones.  

A continuación, desglosamos los puntos clave de esta guía. 

¿Qué es la desconexión digital? 

Aunque no existe una definición legal única, la desconexión digital se entiende como el derecho de las personas a no realizar actividades laborales ni responder comunicaciones fuera de su horario de trabajo. Esto incluye correos electrónicos, llamadas y mensajes enviados por medios digitales. 

La guía subraya que este derecho es esencial para garantizar el descanso, la conciliación entre la vida personal y laboral, la intimidad y la seguridad y salud en el trabajo.  

Impacto de la hiperconectividad  

La transformación digital ha traído beneficios como la flexibilidad laboral, la mejora de procesos y la eliminación de tareas peligrosas, monótonas y repetitivas.  

Sin embargo, ha traído consigo la generación o aumento de otros riesgos, riesgos emergentes asociados al ámbito psicosocial, como por ejemplo el Tecnoestrés, que se caracteriza por la ansiedad, fatiga y adicción tecnológica derivadas del uso excesivo de dispositivos digitales; o el Ciberacoso, como conductas de acoso laboral facilitadas por medios digitales.  

Por otro lado, ha traído consigo el aumento de la Brecha digital, que se manifiesta por las desigualdades en el acceso y uso de tecnologías, por la zona geográfica, el nivel educativo, el nivel socioeconómico, etc  y especialmente por la edad.  La brecha digital por razón de la edad, o brecha digital generacional, supone una desventaja clara para algunos colectivos y puede dificultar la adaptación a los nuevos entornos laborales digitalizados.  

Estos riesgos no solo afectan la salud mental, sino también la salud física, pudiendo ocasionar problemas musculoesqueléticos, cardiovasculares y trastornos del sueño.  

Normativa y derechos protegidos 

El derecho a la desconexión digital está regulado por varias leyes, como la Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD), la Ley 10/2021 de Trabajo a Distancia y el Estatuto de los Trabajadores. Estas normativas establecen que las empresas deben garantizar que las personas trabajadoras puedan desconectar fuera de su horario laboral, respetando su tiempo de descanso, permisos y vacaciones.  

Los derechos a proteger a través de la desconexión digital son el derecho al descanso; el derecho a la conciliación personal, familiar y laboral; y el derecho a la intimidad personal y familiar. 

Además, la guía destaca que este derecho es transversal y se aplica a todos las personas trabajadoras, incluidas las personas que forman parte de la dirección y aquellas que realizan teletrabajo o trabajo híbrido.  

Cómo implementar la desconexión digital  

La guía propone que las empresas elaboren una Política Interna de Desconexión Digital, que incluya: 

  1. Diagnóstico previo: Analizar las condiciones laborales y los hábitos de uso de dispositivos digitales.  
  2. Protocolo de actuación: Definir las medidas, estableciendo reglas claras sobre disponibilidad, excepciones y medidas concretas para garantizar la desconexión.  
  3. Formación y sensibilización: Sensibilizar sobre los riesgos asociados a la hipercomectividad, capacitar a las personas en el uso adecuado de las tecnologías y fomentar una cultura organizativa que respete este derecho.  
  4. Seguimiento y control: Evaluar el impacto de las medidas y realizar ajustes según sea necesario.  

Se deberá asegurar la consulta a la plantilla o sus representantes antes de su aprobación. 

Beneficios de su implantación para las personas y empresas  

Garantizar la desconexión digital no solo protege la salud y el bienestar de las personas trabajadoras, sino que también mejora el rendimiento y la productividad. Una recuperación adecuada entre jornadas laborales reduce el estrés, previene el agotamiento y fomenta un entorno laboral más equilibrado.  

Además, la desconexión digital contribuye a la captación y retención del talento, especialmente en un mercado laboral cada vez más competitivo, y pueden resultar empleadas y empleados más motivados y productivos reduciendo el absentismo laboral. 

Conclusión  

La desconexión digital es más que un derecho, es una necesidad en la era de la hiperconectividad. La guía del INSST no sólo ofrece un camino claro para que las empresas implementen medidas efectivas que protejan a las personas y promuevan un uso saludable de la tecnología, también representa un avance significativo en la creación de entornos laborales más saludables y sostenibles. 

En un mundo donde la línea entre el trabajo y la vida personal se difumina, garantizar este derecho es clave para construir un futuro laboral más humano y sostenible. Porque, como bien señala la guía, «humanizar el trabajo y poner en el centro a las personas en plena era digital, es más necesario que nunca».  

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