Como siempre en verano aumentan los desplazamientos por todo tipo de carreteras. Por este motivo. el aumento de la circulación por carreteras convencionales aumenta también.
Dos de cada tres fallecidos en carretera se producen en estas vías. Atendiendo a los usuarios más frágiles, tres de cada cuatro motoristas y la casi la mitad de 118 atropellos, fallecieron en ellas, el problema es más que evidente.
Las carreteras convencionales, que suponen el 89% de las vías en España, son también las más peligrosas en los países de nuestro entorno y parte de la culpa de esa letalidad la tiene su propio diseño. Ha llegado el momento de esforzarse en renovarlas para adaptar estas vías a una realidad irrefutable: los conductores cometen errores, y hasta ahora, las carreteras convencionales no los perdonan.
El enfoque para reducir la siniestralidad en la red convencional pasa por auditar las carreteras y empezar a invertir en ellas como no se ha hecho hasta ahora y desde todas las administraciones. El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible lanzó en 2023 un modelo de conservación preventivo de estas vías, con una dotación de 300 millones de euros, que se aplicará a lo largo de tres años. Además de mejorar su conservación, la prioridad es analizar la red convencional tramo a tramo y aportar soluciones adaptadas a cada lugar concreto. Porque no todas las carreteras convencionales son iguales, no sólo desde el punto de vista de su infraestructura, sino también desde el de su funcionalidad.
INVERSIÓN EFICAZ
Para revertir la situación de la siniestralidad en las convencionales todo vale, desde lo más sofisticado a lo más sencillo. Incluso aplicando pequeños cambios se puede lograr mucho.
- Guías sonoras: son bandas fresadas que nos advierten de una posible salida de calzada o invasión de otro carril.
- Barreras de seguridad: evitan que el vehículo salga de la calzada y choque contra un obstáculo.
- Pavimentos de alta fricción: aseguran un mayor rozamiento al frenar y evitan el aquaplaning.
Precisamente un informe elaborado por la Asociación Española de la Carretera, titulado “Cómo salvar 300 vidas al año en España”, redunda en el beneficio extraordinario de hacer intervenciones de bajo coste, como las expuestas anteriormente en las carreteras convencionales. Además de estas sencillas medidas, una de las soluciones infraestructurales más exitosas hasta la fecha se creó en Suecia en 1998, las carreteras 2+1, vías secundarias reconvertidas en carreteras con un carril por sentido en las que se habilita otro central, vallado, que permite realizar adelantamientos en tramos alternos a cada uno de los dos carriles de forma segura en función de la peligrosidad del lugar. Con este sistema Suecia ha logrado una reducción de víctimas mortales y heridos graves de un 50%.
A parte de todas estas medidas infraestructurales, no debemos ocultar la velocidad como factor de riesgo en estas vías, la mayoría de doble sentido, entre las medidas adoptadas bajar la velocidad de 100 a 90 en de carreteras convencionales, reportó una reducción de un 10% al año siguiente en la cifra de fallecidos en estas vías.
