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Lucha. Respeto, disciplina y buen estado físico

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El deporte de la lucha y su práctica también cuentan con muchas ventajas y opciones educativas. En esta sección de la Unión de Federaciones Deportivas Vascas-Euskal Kirol Federazioen Batasuna os vamos a hablar este mes de una modalidad cuyo potencial cada vez se encuentra más explotado sobre todo en edades tempranas. Hay personas que desconocen las características de esta actividad y de los bastantes beneficios que proporciona. A veces, se piensa, por prejuicios, que la lucha puede ser una práctica agresiva pero su actividad está en todo momento controlada y cada vez se desarrolla más en centros educativos, está incluida en sus programas, y en otras escuelas especializadas que inciden en su enseñanza. Entre los beneficios tras su elección podemos reseñar que en la lucha se descarga y se controla la agresividad, algo que se hace extensible a otras actividades deportivas y a bastantes situaciones de la vida diaria. También se aumenta la responsabilidad, ya que como una de las premisas básicas se enseña al alumnado a garantizar la integridad física de los demás compañeros-as. Y es que se valora continuamente el riesgo que supone la acción a realizar, tanto para uno mismo como para la persona que está enfrente. Se gana mucho en seguridad, ya que el alumnado se familiariza con las previsibles caídas y con ese contacto físico bien entendido en todo momento. Además, se aumenta la condición física en cuanto a la fuerza, la velocidad, la resistencia, la velocidad, los reflejos, la intuición y la flexibilidad. Durante la práctica de esta especialidad deportiva se precisan muchos esquemas de decisión, de percepción, y de ejecución para responder a la incertidumbre creada en su desarrollo. También influye mucho en la educación de las personas y en la mejora de la personalidad, siempre con el enfoque adecuado de estas actividades. Su práctica ayuda a liberar el estrés y se favorece la integración de todos los alumnos-as, ya que lo pueden practicar personas de los diferentes pesos, alturas…debido a los distintos pesos en que están repartidas las especialidades.

Uno de los sentidos que se desarrolla con esta práctica es el del tacto, así como el desarrollo de otras habilidades motrices por los desplazamientos, giros y otros

movimientos. También se incrementa la motivación, así como otras capacidades psicomotrices, afectivas, de relaciones con otras personas e interacción e inserción social. Y, por supuesto, se rige por el respeto a las normas y al resto de competidores. Y es que, en los deportes de lucha, en el cuerpo a cuerpo, la finalidad es la de derribar al oponente buscando su desequilibrio en las diferentes especialidades que existen. También se puede marcar, con el objetivo de tocar en alguna parte del cuerpo del rival, volcar, tirar, empujar, derribar, desequilibrar… Todos estos verbos, aplicados a la lucha, lo que intentan es adquirir técnicas primordiales de defensa, mejorar en un tono general la condición física de cada practicante, respetar a los demás compañeros-as, controlar la fuerza, asumir responsabilidades, mejorar el equilibrio y la coordinación, y, además, conocer los orígenes de las distintas formas de lucha. Al contrario de lo que algunos puedan llegar a pensar, estos deportes ayudan a eludir conflictos, a sentirse más seguro de uno mismo, a mejorar cada estado de ánimo y a lograr una sensación de bienestar, además de permitir mantenerse en un buen y necesario estado físico. Y demanda una disciplina fundamental para cualquier aspecto de la vida. Son aspectos diferenciales de un deporte cada vez más extendido.

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