Con el verano llegan las altas temperaturas y el exceso de calor puede afectar a la persona trabajadora. El cuerpo dispone de sus propios mecanismos para adaptarse al calor, pero cuando la temperatura es muy elevada puede llegar a producirse un golpe de calor, con consecuencias graves o muy graves para la salud.
Los principales síntomas son aumento de la temperatura corporal, dolor de cabeza, mareos, vómitos, calambres, taquicardias,… lo que conlleva agotamiento, confusión, convulsiones, incluso pérdida de conocimiento.
Las personas trabajadoras deben ser conscientes de estos riesgos y poner en práctica todas las medidas de prevención que, previamente la dirección de la empresa habrá puesto a su disposición.
Principales recomendaciones para evitar el golpe de calor
- No exponerse al sol durante un periodo prolongado.
- Consultar la radiación UV: bajo, moderado, alto, muy alto, extremo.
- Hidratación: beber de manera continuada, aunque no se tenga la sensación de sed.
- Protegerse del sol, especialmente cabeza y cuello. Utilizar gafas de sol con protección UV. Indumentaria de color clara y holgada, de manera que pueda cubrir la mayor parte del cuerpo. Utilizar cremas protectoras.
- Evitar fumar, comidas copiosas y bebidas alcohólicas.
- No realizar ejercicio en las horas de más calor (de 12 a 17 h.).
Qué hacer si una persona sufre un golpe de calor
- Situar a la persona en una zona con sombra y ambiente fresco.
- Si está consciente, darle agua.
- Si está inconsciente, ponerle en posición recostado hacia un lado e intentar refrescarle con agua o paños húmedos
- Llamar al 112 y seguir las instrucciones de los servicios sanitarios.
Prevención en la empresa
- Formar a las personas trabajadoras con medidas de prevención frente a los riesgos asociados al calor, sus efectos y posibles consecuencias.
- Informar a las personas trabajadoras sobre cómo actuar en el caso de sufrir algún síntoma de los mencionados, parando la actividad que están llevando a cabo.
- Facilitar los descansos frecuentes, aumentando la frecuencia de las pausas en lugares frescos.
- Adaptación de los horarios laborales. Establecer diferentes turnos para la reducción del tiempo o la intensidad de la exposición siempre que sea posible.
- Planificar las tareas más pesadas a las horas en las que haya menor exposición
- Evitar el trabajo aislado.
- Facilitar los medios adecuados para la protección de la persona trabajadora: hidratación, indumentaria, crema solar, …
Más información:
Osalan “Estrés térmico: recomendaciones para trabajar con calor”
Generalitat de Catalunya “El calor durante la jornada de trabajo en verano”
