22/12/2016
Estamos ya en pleno invierno y una de las modalidades más practicadas por la afición vasca al deporte es el esquí. Desde la Federación Vasca de Deportes de Invierno también se organizan algunas competiciones que conforman su calendario en estos meses y en las distintas especialidades. Desde esta sección de la Unión de Federaciones Deportivas Vascas-Euskal Kirol Federazioen Batasuna os trasladamos los beneficios de un deporte que ya está inmerso en plena temporada y en la que muchos ya han cogido los bastones, las botas, sus esquíes y han tomado rumbo a las distintas pistas y estaciones. Las Federaciones recuerdan la importancia de federarse y así poder disfrutar de este deporte con total seguridad. Se puede obtener un seguro de accidentes con cobertura europea. Unas tarjetas que cubren el rescate y la asistencia en las pistas, y hacen un seguimiento posterior de la lesión, destacando la importancia de tener incluida la rehabilitación.
Estamos ante un deporte que tiene ventajas para la salud, tanto en la práctica del esquí alpino como en el esquí de fondo o snowboard. Una de las ventajas es la de poder disfrutar de unos entornos naturales increíbles, ya que se practica en el exterior y en lugares donde el aire es muy puro y ello favorece a la oxigenación de la sangre. Esta actividad deportiva es, además, una de las mejores para prevenir de las enfermedades cardiovasculares, ya que es un deporte aeróbico. Implica un alto gasto energético, con lo que se queman bastantes calorías y se mantiene el sobrepeso, reduciendo los niveles de colesterol en sangre. El esquí mejora el trabajo tanto del corazón como el de los pulmones. Y también ayuda a ejercitar el sentido del equilibrio, debido a la posición que hay que mantener para su práctica idónea. La coordinación entre los distintos grupos musculares se ve reforzada y la resistencia física, la agilidad y la concentración también se incrementan.
Cuando se esquía, los pies son los que soportan el peso del cuerpo. Y las rodillas son las articulaciones que aguantan y articulan este peso. Si se esquía con regularidad las articulaciones se desarrollan aún más y es menos probable que se produzcan lesiones en un futuro. Además, los huesos se vuelven más fuertes y se logra evitar o retrasar la osteoporosis. El balanceo de cadera que se realiza cuando se desciende una pendiente es un buen ejercicio. Una de las causas principales de la pérdida de movilidad en la vejez suele ser la debilidad muscular. Si no se realiza ningún ejercicio que implica resistencia de los músculos, éstos empiezan a debilitarse. Por eso, un entrenamiento de resistencia como es el esquí supone un factor muy importante en la salud y el bienestar de nuestros músculos y huesos a medida que se envejece. Esquiar dos o tres veces por semana durante cuatro meses sería una forma muy efectiva de recuperar el tejido muscular que se pierde por la edad.
Además, el cerebro siente la posición de las diferentes partes del cuerpo y realiza un esfuerzo para moverlas y coordinarlas. Cuanto más se esquía, más se desarrolla esta capacidad. Y es que el entorno dinámico de la pista de esquí obliga a las personas que practican este deporte a permanecer muy atentas a los cambios en las condiciones del momento, a los obstáculos como árboles o piedras, a la presencia de otros esquiadores que bajan la pista a la misma vez, o otros posibles obstáculos que se encuentran en el camino. Por ello, el esquí de montaña requiere un constante conocimiento de la posición del cuerpo para conseguir la estabilidad postural. Además, el cambio en la aceleración, las condiciones de la nieve y otros contratiempos obligan al esquiador a variar con frecuencia la posición del cuerpo y la dirección. Esto supone una gran demanda de energía y un alto conocimiento del cuerpo para equilibrarlo sobre los esquíes, los protagonistas durante este invierno deportivo.