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¿Estáis tú y tu coche preparados para el invierno?

Conducir en invierno obliga a poner más atención cuando circulamos con nuestro coche. Nieve, hielo, viento, agua, niebla o hielo… las malas condiciones climatológicas son unas compañeras de viaje incómodas y nos obligan a tomar una serie de medidas para conducir en invierno con seguridad.

  1. El coche a punto para el invierno:

El coche siempre debe estar a punto, pero especialmente de cara al invierno, cuando las condiciones climatológicas pueden ser más duras. Puedes llevar tu vehículo a un taller para que revisen todos los puntos importantes, o dedicarle tú el tiempo necesario para comprobar que todo está en su sitio para que no se produzcan situaciones desagradables o que pongan en riesgo tu seguridad.

  • Neumáticos: Comprobar su presión y revisar su profundidad (mínimo legal de 1,6mm), pero recomendable, sobre dodo en malas condiciones, 3mm.
  • Amortiguadores: Su mal estado incrementa la distancia Amortiguadores de frenado.
  • Frenos: Es recomendable cambiarlos cada 60.000km o Frenos cada dos años
  • Batería: en mal estado podrá presentar, entre otros,  problemas de  arranque.
  • Alumbrado: Es vital para poder ver y ser visto.
  • Líquidos: Revisar y/o cambiar los niveles del líquidos: liquido de frenos y aceite, líquido anticongelante y del limpia parabrisas.
  • Escobillas, funcionamiento del limpiaparabrisas y luneta térmica.

Si hacemos muchos kilómetros por carreteras de montaña o trazados en zonas muy frías, donde no es extraña la presencia de nieve y hielo, la opción de los neumáticos de invierno, obligatoria en un gran número de países europeos, es más que recomendable para conducir más seguros en esta época del año.

  1. Infórmate de la situación de las carretas y planifica con antelación:

Si tienes pensado realizar un viaje, antes infórmate sobre el estado de las vías; puedes consultar algunas webs, como la de la DGT o el RACC o trafikoa.net. Si la previsión meteorológica es muy mala, quizá sea mejor anular el viaje o realizarlo en otro momento. Si, a pesar de todo, te ves atrapado o atrapada por la nieve, recuerda las recomendaciones de Protección Civil:

  •    Permanece dentro del coche.
  •    Mantén el motor del vehículo encendido y la calefacción puesta, y abre de vez en cuando las ventanillas para que se renueve el aire.
  •   No te duermas.
  •    Comprueba que la salida del tubo de escape se mantiene libre para evitar que el humo penetre en el habitáculo.
  •    Sintoniza la radio, ya que estará informando de las predicciones meteorológicas, el estado de las carreteras y las indicaciones oficiales que  se estén dando.

En invierno, en nuestra geografía,  las cadenas de nieve siempre deben ir en el maletero. Aunque no vayamos a subir ningún puerto, en un viaje nos puede sorprender una tormenta que nos bloquearía si no disponemos de cadenas para nieve. Es importante saber instalarlas.

  1. La importancia de ver y ser visto en invierno:

Uno de los mayores problemas de esta época del año es la visibilidad. En invierno hay menos horas de luz, a lo que se suman fenómenos como la lluvia, la niebla, el hielo, el vaho, etc.  Por ello, conviene que tengas en cuenta los siguientes consejos:

  •  Antes de arrancar, limpia tu coche de posibles restos nieve, hielo o barro pegados en techo, cristales… Además, límpialo en el túnel de lavado regularmente.
  •  Limpia los faros; la suciedad no deja pasar la luz. Y no te olvides de los traseros o de los mosquitos y otros insectos.
  • Cambia las lámparas de los faros. Aunque se funda sólo una, sustituye las dos. Ten en cuenta que trabajan de forma simétrica.
  •  Deshiela el parabrisas antes de arrancar. Si es necesario, acciona la luneta térmica.
  •  Evita la humedad: si se mete agua en el coche, los cristales se empañan rápidamente.
  •  Recuerda que con lluvia intensa o nevada, es obligatorio el uso de las luces antiniebla.
  • Y por último, aunque pueda parecer extraño, no te olvides de tus gafas de sol.  también en invierno puede brillar el sol -aunque haga frío- y al estar más bajo, nos deslumbra más que en verano y empeora la visibilidad.
  1. Consejos de conducción en condiciones invernales:

Lluvia, viento, niebla, hielo, nieve. Son diferentes las circunstancias a las que nos podemos enfrentar en nuestra conducción invernal. En cualquier caso condiciones delicadas y que requieren, por nuestra parte, una especial atención y que adaptemos nuestra conducción al estado de la carretera.

En viajes largos conviene aumentar el número de paradas y aprovecharlas para realizar estiramientos e hidratarse. La conducción en invierno produce mayor tensión y consecuentemente más fatiga, reduciendo la capacidad del conductor.

Si el asfalto por el que se circula es muy deslizante, actúe con suavidad sobre el volante, el acelerador y al utilizar el freno. Si la adherencia de la carretera disminuye, hay que reducir la velocidad y circular en marchas largas para perder menos adherencia al traccionar. Cuando la nieve se acumule sobre el asfalto, siga las huellas que dejan los demás vehículos para asegurar más adherencia. Para no patinar cuando se arranca sobre la nieve es fundamental acelerar poco a poco. Si las ruedas patinan, sube a una velocidad superior para reducir la fuerza que se aplica a las ruedas.

Si la carretera brilla, ¡puede haber hielo! Las zonas sombrías requieren mucho cuidado -zonas arboladas en los laterales de la carretera- pues mantienen la humedad e incluso el hielo. En las primeras horas del día y por la noche hay más posibilidades de encontrar zonas de poca adherencia en nuestra trazada. Al pasar por una placa de hielo, levantar suavemente el pie del acelerador, no frenar, dirija el volante hacia el lado a donde se va la parte trasera del coche. Si el vehículo tiene ABS, el sistema actuará de forma que la pérdida de control sea menor. Para recuperar la adherencia si pierdes el control del eje delantero, reduce la velocidad levantando el pie del acelerador. Si es necesario pisa levemente el freno sin bloquear las ruedas.

En caso de inmovilización por una fuerte nevada, hay que intentar dejar la vía libre a las máquinas quitanieves. No abandonar el vehículo si no sabemos con certeza de un refugio cerca. Conviene disponer siempre de combustible suficiente para mantener la calefacción en caso de emergencia.

Por último, sé consciente de tus limitaciones y de las de otros conductores.

Más información, sobre conducción invernal:

Ficha informativa conducción con nieve

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