En el contexto laboral actual, caracterizado por jornadas extensas frente al ordenador, tareas que promueven el sedentarismo, o tareas repetitivas con una alta exigencia física, los efectos de la inactividad física se han convertido en un tema prioritario. En las organizaciones, donde la innovación y la productividad son pilares clave, incorporar estrategias que promuevan la salud de la plantilla puede marcar la diferencia en los resultados empresariales.
El comportamiento sedentario tiene un impacto negativo directo en la salud en general, pero también en la salud musculoesquelética. Esto no solo afecta a los y las trabajadoras individualmente, sino también a las empresas a través de una mayor incidencia de bajas laborales y una disminución en el rendimiento. Sin embargo, la solución no necesariamente implica largas sesiones de ejercicio fuera del trabajo; la clave está en integrar el movimiento en el día a día laboral.
Pausas activas: Más que estiramientos
Las pausas activas han evolucionado más allá de los tradicionales ejercicios de estiramiento. Aunque los estiramientos pueden ser efectivos para reducir la tensión muscular, investigaciones recientes resaltan el papel fundamental del ejercicio de fuerza. Incorporar ejercicios de resistencia, como el uso de bandas elásticas o el propio peso corporal, permite fortalecer los músculos implicados en las posturas sostenidas y movimientos repetitivos. Esto no solo previene el dolor, sino que mejora la capacidad funcional de las personas.
Snacks de movimiento: Pequeñas dosis, grandes resultados
El concepto de “snacks de movimiento” se está posicionando como una estrategia simple y efectiva para combatir los efectos del sedentarismo. Estos breves episodios de actividad, de 1 a 5 minutos, pueden incluir subir y bajar escaleras, sentarse y levantarse de una silla o ejercicios de fuerza de brazos. Estas pequeñas acciones, realizadas varias veces a la semana, tienen un impacto acumulativo positivo en la salud y el bienestar de la plantilla.
Beneficios comprobados en el entorno laboral
Además de mejorar la salud física, los programas de actividad laboral tienen un impacto directo en el ánimo y la cohesión del equipo. Estas iniciativas aumentan la satisfacción y fortalecen el compromiso con la empresa. En el plano económico, invertir en pausas activas puede reducir costes asociados a bajas por enfermedad y tratamientos médicos derivados de trastornos musculoesqueléticos.
Una invitación al cambio
Diseñar e implementar programas adaptados a las necesidades específicas de cada organización es clave para maximizar los beneficios. Desde adaptaciones ergonómicas que faciliten el movimiento hasta pausas guiadas por profesionales; las opciones son diversas y accesibles. El movimiento no solo es una necesidad, es una inversión en el futuro.
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Referencias
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