Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “los riesgos psicosociales en el trabajo consisten, por un lado, en la interacción entre el trabajo, su entorno, la satisfacción laboral y las condiciones físicas de la organización, y, por otro lado, en las capacidades de la persona trabajadora, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo que, a través de percepciones y experiencias, pueden influir en la salud, el desempeño y la satisfacción laboral”.
Las condiciones de trabajo están directamente relacionadas con la organización del trabajo, su entorno social y con el contenido de trabajo. La realización de la tarea puede afectar a la salud física y psíquica del trabajador.
Evaluación de riesgos psicosociales
La evaluación de los factores psicosociales es una herramienta cuyo principal objetivo es aportar información que permita el diagnóstico psicosocial de una empresa o de áreas parciales de la misma, a fin de poder establecer actuaciones de mejora adecuadas a los riesgos detectados y al entorno en el que éstas deban ser llevadas a cabo.
Las fases del proceso de evaluación las podemos encontrar en la NTP 702: El proceso de evaluación de los factores psicosociales, y son:
Identificación de los factores de riesgo
Con 2 objetivos principales:
- Delimitar los factores de riesgo psicosocial presentes en la situación a analizar. La observación del trabajo, la opinión de los trabajadores, así como el análisis de documentación de la empresa (por ejemplo, los índices de absentismo) son algunas de las herramientas que permitirán delimitar dichos factores. *1
2) Definir las unidades de análisis (aunque la principal son los puestos de trabajo, sería conveniente definir otras unidades organizativas) y la población, se procurará la participación de todos los trabajadores.
Elección de la metodología y las técnicas
La elección de la metodología para la recogida de datos viene condicionada por las características de la organización, los factores concretos a evaluar (previamente acotados) y las unidades de análisis elegidas. **2
Se distinguen:
- La metodología cuantitativa, que proporciona información sobre la magnitud de lo estudiado por medio de formularios
- La metodología cualitativa, que explica o permite comprender el fenómeno estudiado a través de entrevistas y grupos de discusión.
Para la elección de uno u otro método será conveniente atender a diversos aspectos como el objetivo propio de la evaluación (realizar la evaluación inicial o periódica, comparar grupos de trabajadores o factores…), la viabilidad real para llevarla a cabo (tiempo, coste, forma de garantizar el anonimato y la confidencialidad…), las características de la población (nivel cultural, idioma…), entre otros, además de tener en cuenta que el procedimiento de evaluación utilizado deberá proporcionar confianza sobre su resultado (artículo 5 del R.D. 39/1997).
Aplicación de la metodología y las técnicas – Análisis de los factores
Para la aplicación de cualquiera de las metodologías se debe fomentar la participación de las personas trabajadoras, realizando una adecuada comunicación y sensibilización sobre lo que se pretende analizar, con qué metodología, como se va a realizar, donde se van a realizar (si son entrevistas), tiempo y plazos previstos, las formas para garantizar el anonimato y la confidencialidad de los datos, etc. Y después se debe realizar un adecuado proceso de recogida de datos, realizado por técnicos debidamente formados.
Análisis de los resultados y elaboración del informe – Evaluación de los factores
Una de las primeras acciones a realizar es comprobar la tasa de respuesta obtenida, ya que ésta determinará la representatividad y, por tanto, la validez o no de los datos obtenidos. La obtención de una baja tasa de respuesta puede ser debida a diferentes causas, que también tienen que ser analizadas.
Tras obtener los resultados, esta información tiene que ser recogida en el informe de evaluación de riesgos, donde se determinarán los factores de riesgo y los trabajadores expuestos a los mismos, se valorará la magnitud de riesgo en función del método elegido y se propondrá una serie de actividades o propuestas de mejora para cada riesgo detectado, que deberán ser específicas y estar directamente relacionadas con la evaluación llevada a cabo. Diferenciamos estas medidas entre: las preventivas u organizativas; las medidas de intervención o afrontamiento y por último las medidas de protección o rehabilitación.
Las evaluaciones de riesgo tienen que estar a disposición de la autoridad laboral, tal y como dispone la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos laborales.
Elaboración y puesta en marcha de un programa de intervención
Si los resultados de la evaluación pusieran de manifiesto situaciones de riesgo, en función de la priorización establecida se determinarán aquellas actividades preventivas necesarias para eliminar o reducir y controlar tales riesgos. Dichas actividades serán objeto de planificación por el empresario, incluyendo para cada actividad preventiva el plazo para llevarla a cabo, la designación de responsables y, los recursos humanos y materiales necesarios para su ejecución.
Seguimiento y control de las medidas adoptadas – Gestión de los riesgos
El empresario es el responsable del aseguramiento de la efectiva ejecución de las actividades preventivas incluidas en la planificación, efectuando para ello un seguimiento continuo de la misma”, según lo indicado en el artículo 16 de la Ley 31/1995.
ENLACES DE INTERÉS:
El Instituto de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) nos ofrece mucha documentación y herramientas para gestionar los riesgos psicosociales en el trabajo, como pueden ser:
OSALAN tiene un portal llamado PSICOPREBEN, en el que se puede encontrar la Guía como gestionar los riesgos psicosociales en tu empresa, o la Guía de introducción a los riesgos psicosociales organizativos.